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La Hipertension y la alimentacion.

Se denomina hipertensión, o tensión arterial alta, a una elevación sostenida de los niveles de la presión sanguínea por encima de valores considerados normales (presión sistólica más de 140 mm Hg, presión diastólica más de 80 mm Hg).).

En su origen, influyen tanto factores personales y ambientales (edad, hábitos alimentarios y estilo de vida) como los genéticos: la tensión arterial tiende a elevarse con la edad, es también más frecuente que aparezca si la persona es obesa, lleva una dieta rica en sal y pobre en potasio (pobre en verduras, frutas y frutos secos, legumbres, cereales integrales), bebe elevadas cantidades de alcohol, no realiza actividad física, o sufre de estrés psicológico.

Prácticamente en el 90 % de los casos la hipertensión es primaria o de causa desconocida y, en menos de un 10 %, secundaria a otros procesos relacionados con alteraciones de origen renal, cardiovascular o del sistema endocrino.
La ciencia médica todavía no entiende por qué ocurren la mayoría de los casos de hipertensión arterial. Sólo se sabe que existen diferentes factores que aumentan el riesgo de hipertensión arterial…

Porqué se tiene Hipertension?

  • La herencia: una persona cuyos padres han tenido hipertensión arterial es más susceptible de desarrollarla.
  • La raza: los negros tienen más posibilidades de desarrollar esta enfermedad que los blancos.
  • Los varones tienen mayor riesgo que las mujeres hasta la edad de 55 años; a partir de esta edad sus riegos se igualan. A partir de los 75 años, las mujeres tienen más posibilidades de desarrollar hipertensión arterial.
  • La edad: la tensión arterial tiende a subir con la edad, y por ello los ancianos tienen más riesgo de desarrollar hipertensión arterial.
  • La sensibilidad a la sal: un consumo excesivo de sal causa hipertensión arterial en algunas personas.
  • La obesidad y el sobrepeso.
  • Consumo excesivo de alcohol.
  • Uso de anticonceptivos orales y otros medicamentos (esteroides anabolizantes, antiinflamatorios no esteroideos, descongestivos nasales, eritropoyetina, etc)
  • Sedentarismo

Desde la Alimentación

En el tratamiento de la hipertensión, son necesarias una dieta adecuada a las necesidades individuales, con control de sodio y una serie de recomendaciones que orienten a la persona hacia un estilo de vida más saludable.

El consumo actual de sal (cloruro sódico) en nuestro país se encuentra por encima de las necesidades reales de este mineral. El exceso de sodio se relaciona con la retención de líquidos en los tejidos del cuerpo y por tanto, con el incremento de los valores de tensión. Cuanto menos sodio contenga la dieta, más fácil será eliminar ese exceso por la orina y así contribuir a normalizar los niveles de tensión arterial. La dieta pobre en sodio, también beneficia a personas que padecen de enfermedad cardiovascular o hepática avanzada con retención de líquidos.

Por otro lado, la hipertensión se considera factor de riesgo de enfermedad cardiovascular, por lo que las recomendaciones dietéticas también deben incluir orientaciones para la normalización del peso (en caso de sobrepeso u obesidad), control de la calidad de la grasa y del colesterol, así como asegurar una cantidad adecuada de fibra y antioxidantes naturales, relacionados con la prevención de estas enfermedades.

Recomendaciones

Alcanzar o mantener un peso saludable mediante una ingesta adecuada de calorías.

Prescindir de la sal de mesa (normal, marina, yodada) y de la sal en el cocinado de los alimentos.

Reducir el consumo de grasas saturadas y colesterol como factor de prevención cardiovascular:

  • Escoger las carnes más magras y quitar la grasa visible antes de su cocinado: pollo, pavo (sin piel), conejo, caballo, cinta de lomo, ternera magra, solomillo de buey, ternera o cerdo; y desgrasar los caldos de carne o aves en frío.
  • Aumentar el consumo semanal de pescado fresco a unas cuatro raciones.
  • Se permiten de 4 a 6 huevos a la semana (si no existe contraindicación médica).
  • Aliñar los platos con aceites vegetales (oliva, girasol) mejor que con mantequilla o margarina, añadiéndolos a los alimentos después de cocinados para evitar exceso de grasa y colesterol.

El efecto del café en la tensión arterial es escaso y de breve duración por eso no es preciso suprimirlo, aunque se recomienda tomarlo con moderación.

Es importante tomar cantidades adecuadas de calcio. El calcio necesario lo aportan diariamente: 2 vasos de leche ó 1 vaso de leche más 2 yogures, o en su lugar 60 gramos de queso bajo en sodio.

Preparar platos para luego congelarlos, y así no tener que acudir a los precocinados, que en general, son ricos en sodio.

Hoy en día, existen diversos productos en el mercado pobres en grasa, colesterol y sodio (comprobar etiquetado).

Si se come fuera de casa, elegir del menú ensaladas, aves o pescados a la parrilla en lugar de fritos o guisos. Para evitar la adición excesiva de salsas se puede pedir que éstas se sirvan a parte, y uno mismo adicionarla.

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